domingo, 29 de noviembre de 2015

Cuentos de Pago Chico


No siempre había sido Barraba el comisario de Pago Chico, necesítese
De graves acontecimiento políticos para que tan alta personalidad policial fuera a poner en vereda a los revoltosos pagochiquenses .
Antes de el , es decir antes que se fundara “La Pampa” y se formara el comité de oposición , cualquier funcionario era bueno para aquel pueblo , tranquilo entre los rublos tranquilos .
El antecesor de Barraba había sido un tal Benito Paez gran truquista , no poco aficionado al porrón y por lo demás excelente individuo, salvo la inveterada costumbre de no tener gendarmes sino en numero reducidísimo – aunque las planillas dijeran lo contrario-, para crearse honestamente un sobresueldo en las mesadas vacantes .
-El comisario Paez –decía Silvestre- se come diez o doce vigilantes al mes .
La tenida de truco en el Club el Progreso, las carreras en la Pulpería de La Polvareda, las riñas de gallo dominicales, y otros quehaceres menos perentorios, obligaban a Don Benito Paez a frecuentes a casi reglamentarias ausencias en la comisaría . Y esta probado que nunca hubo tanto orden ni tanta paz en Pago Chico. Todo fue ir un comisario activo con una docena de vigilantes más, para que comenzaran los escándalos y las prisiones, y para que la gente anduviera con el Jesús en la boca , pues hasta los rateros pululaban . Saquen otras consecuencias filosóficas de este hecho experimental. Nosotros vamos al cuento quizás algún lector lo haya oído ya pues se hizo famoso en aquel tiempo , y los viejos del pago lo repiten a menudo .Sucedió, que un nuevo jefe de policía , tan entrometido como mal inspirado , resolvió conocer el manejo de la situación de los subalternos rurales y sin ¡decir agua va¡ destaco inspectores  que a escudriñar cuanto pasaba en las comisarías .Como sus colegas , don Benito ignoro hasta el ultimo momento la sorpresa que le preparaba , y ni dejo su truco, sus carreras y sus riñas , ni se ocupo de reforzar el personal con gendarme de ocasión .
Cierta noche lluviosa y fría, en que Pago Chico dormía entre las sombras y el barro , sin otra luz que las de las ventanas del club El Progreso , dos hombres a caballo , envueltos en sendo ponchos  y con el ala del chambergo, sobre los ojos, entraron al tranquito al pueblo, y se dirigieron a la Plaza principal , calados por la lluvia y recibiendo salpicaduras de los charcos .
Sabido es que la Municipalidad corría pareja con la policía, y que aquellas calles eran un modelo de intransitabilidad.
 Las dos sombra mudas siguieron avanzando sin embargo, como dos personajes de novela caballeresca, y llegaron a la puerta de la comisaría , herméticamente cerrada. Una de ellas la que montaba mejor a caballo – y en quien el lector perspicaz habrá reconocido al inspector de marras , como habrá reconocido en la otra a su asistente -, trepo a la acera sin desmontar , dio tres fuertes golpes en el tablero de la puerta con el cabo del rebenque …..
Y espero .
Espero un minuto, impacientado por la lluvia que arreciaba, y refunfuñando un terno volvió a golpear con mayor violencia.
Igual silencio .Nadie se asomaba, ni en el interior de la comisaría se notaba movimiento alguno .
Repitió el inspector una y dos veces el llamado, condimentándolo cada uno de ellos con mayor proporción de ajos y cebollas , y por fin allá a las cansadas entrabriose la puerta , viese por una rendija la llama vacilante de una vela de sebo , y a la luz un ente andrajoso y soñoliento , que miraba al inoportuno con ojos entre asombrados y dormidos , mientras abrigaba la vela con el hueco de la mano .
-¿Esta el comisario?- pregunto el inspector bronco y amenazante .
El otro humilde tartamudeo, contestando
-No señor.
-¿Y el oficial?
-Tampoco Señor .
El Inspector , furioso se acomodo mejor en la montura , echose un poco para atrás y ordeno perentoriamente :
-¡Llame al cabo de cuarto!
-¡No … No ..No hay Señor!
-De modo que no hay nadie aquí, ¿No?
-Si se..ñor…Yo
-¿Y usted es agente?
-No Se..ñor ..yo ..yo soy el preso .
Una carcajada del inspector acabo de asustar al pobre hombre, que temblaba de pies a cabeza .
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-¿No hay ningún gendarme en la comisaría .
-Si Se..ñor esta Petronilo …es que lo trai de la esquina bo…borracho , ¡si se..ñor! esta durmiendo en la cuadra .

Una hora después don Benito se esforzaba en vano por dar explicaciones de su conducta al inspector, que no se las aceptaba de ninguna manera. Pero afirman las malas lenguas que , cuando no se limito a dar simples explicaciones, todo quedo arreglado satisfactoriamente ; y lo probaría el hecho de que su sistema no sufrió modificación, y de que el preso portero y protector de agentes descarriados siguió largos meses desempeñando sus funciones caritativas y gratuitas . Roberto J. Payro