Era rubia y sus ojos celestes
reflejaban la gloria del día
y cantaba como una calandria
la pulpera de Santa Lucia
Era flor de la vieja parroquia ,
¿quien fue el gaucho que no la quería ?
Los soldados de cuatro cuarteles
suspiraban en la pulperia .
La canto un payador mazorquero
con un dulce gemir de vihuelas ,
en la reja que olía a jazmines ,
en el patio que olía a diamelas :
"Con el alma te quiero pulpera,
y algún día tendrás que ser mía,
mientras lloran por ti las guitarras ,
las guitarras de Santa Lucia",
La Llevo un payador de Lavalle
cuando el año cuarenta moría:
ya no alumbran sus ojos celestes
la parroquia de Santa Lucia .
Y volvió el payador mazorquero
a cantar en el patio vació
la doliente y postrer serenata
que llevase al viento del rió :
"¿Donde estas con tus ojos de cielo,
oh pulpera que no fuiste mía ?
Como Lloran por ti las guitarras,
las guitarras de Santa Lucia".
Hector Pedro Blomberg (1890/1950)